Podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que Bigote Blanco es el templo de la cerveza en Albacete, un espacio pionero de referencia al que acudir para degustar una cuidada selección de cervezas nacionales e internacionales acompañadas de una deliciosa carta de comidas.
A pesar del éxito de su local del centro de Albacete, la pasión de sus creadores por todo el mundo cervecero les llevó a emprender el cometido de buscar un nuevo local para crear una franquicia, que aunara todo lo que les mueve: el respeto por la elaboración artesanal de la cerveza (historia y tradición) y la degustación de las mejores cervezas del mundo (experiencia).
El local elegido, una antigua pizzería, no ofrecía el espacio adecuado para la experiencia deseada así que después de estudiarlo a fondo decidimos darle la vuelta y optimizarlo lo máximo posible.
Además de la cerveza, que de por sí es de una gran calidad (su hilera de 12 grifos y su extensa exposición dan buena cuenta de ello), el espacio donde disfrutar de ella tiene que acompañar e incluso potenciar la experiencia. Acabados de maderas, hormigón, hierro lacado negro y mobiliario e iluminación industrial consiguen un ambiente único para este Universo cervecero.

Es un espacio abierto organizado en torno a una gran barra en L que te acompaña por todo el local. Ahí se disponen las grandes pizarras de información de las cervezas, que se llevan todo el protagonismo.
A su alrededor se crean diferentes ambientes para saborear una buena cerveza cuando vas solo, en pareja, con amigos o familia… hay un rincón para todos, juntos pero no revueltos. En esto es fundamental el mobiliario y la iluminación ambiental, que se adapta según las necesidades del momento: bancos corridos, mesas altas y bajas, un espacio para celebraciones más íntimas al fondo, lámparas que cuelgan, focos proyectables, líneas ocultas de led…
El cambio de pavimento también nos revela la privacidad del espacio, siendo el acabado madera el público, el hormigón la zona de barra y cocina y el resto zona privada (almacén, despacho, cámaras…). En los baños nos decantamos por un estilo muy sencillo con un juego positivo/negativo del blanco y negro.
Estamos muy contentos con el resultado y esperamos haber creado una taberna cervecera del s.XXI, auténtica y refinada, donde la inexistencia de ruido ambiental, acompañada de buena música y una cuidada iluminación nos haga disfrutar a todos del espacio a la vez que de la cerveza.
¡Larga Vida a Bigote Blanco! Prost!









Os dejamos una selección de imágenes del estado previo para que veáis el cambio espectacular del local:








