Adosados… Los adosados no me gustan especialmente. La distribución suele ser muy rígida y te pasas la vida escaleras arriba escaleras abajo…
Cuando los clientes nos llamaron y nos contaron sus necesidades, antes de ver esta casa pensé: «Madre mía, a ver cómo la mejoramos sin tirarlo todo abajo…». Una vez allí cambié de opinión, los espacios estaban bien distribuidos, tenían almacenaje suficiente y además un buen tamaño. Había esperanza! Eso sí, teníamos por delante un buen «lavado de cara» para darle a la vivienda un toque especial y personal, que es lo que sus dueños -con buen criterio- buscaban. Así nos encontramos la vivienda (haz click en cada imagen para verla entera):
La reforma consistió, principalmente, en cambiar los revestimientos de paredes y suelos (buscando siempre la continuidad de los espacios) y la distribución de los baños y de la cocina (de la que se aprovecharon los muebles existentes). En la buhardilla, mantuvimos el espacio diáfano y revestimos el suelo con microcemento.
En la terraza de planta baja se dispuso un suelo de lamas de PVC que imita a madera, una celosía perimetral para conseguir más privacidad; y se cerró y acondicionó el lavadero. Se dispusieron toldos motorizados en la fachada sur y se vistieron las ventanas con textiles.

Cambiamos la iluminación de toda la casa para hacerla eficiente energéticamente. Se utilizó iluminación led en todas las estancias y jugamos con la temperatura de color de las lámparas para conseguir ambientes acogedores tanto dentro como fuera de la casa. Luz día para zonas de trabajo y luz un poco más cálida para las zonas de estar y reposo.
En el salón, la viga de hormigón se desnuda y, en contraposición al blanco enlucido de la pared, «cose» los tres ambientes existentes. La luz enfatiza su forma y sus texturas. La ampliación del salón o estudio se completa con un panelado de madera lacada en blanco y estriada que alberga un armario para almacenaje y una cama abatible para convertir el espacio en un dormitorio accesible.
Otro punto importante fue el asesoramiento en el mobiliario, tema que muchas veces se queda en el aire y puede dar lugar a minimizar el efecto de más de una reforma. No hay que tener prisa y querer amueblarlo todo desde el principio. Lo mejor es vivir la casa, habitarla, ver qué te pide porque sólo lo sabrás una vez vivas allí. Con los muebles básicos y con un plan general de los que te faltan (en cuanto a tamaño, forma y textura) sólo es cuestión de tiempo que des con aquéllas piezas que te faltan y que has estado buscando. Así es como se acierta, sin prisas…
La casa debe ser un hogar, un refugio, un lugar donde puedas expresarte y ser tú mismo. Los clientes de esta vivienda están ahora en ese proceso, en el de empezar a habitar su nueva casa, con calma… que la disfruten!!
Como siempre, geniales!!
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Anda que no se notan las diferencias entre el antes y el después… Seguro que los dueños del piso estarán muy contentos con el piso porque vaya cambio!
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