Contratar a un arquitecto para una reforma (o a 2, en nuestro caso) tiene muchas ventajas. Pero esta pregunta se la hacen muchas personas y yo voy a dar unas cuantas razones:
La primera es que estamos absolutamente obsesionados con el espacio, siempre le estamos dando vueltas a la cabeza para sacar lo mejor de cada estancia, de exprimir al máximo sus posibilidades; esto se traduce en una gran cantidad de ideas que, junto a las necesidades y preferencias del cliente, generan una distribución del espacio acorde a sus gustos y con la tranquilidad de que funciona y que es la mejor opción entre todas las posibles.
Estamos pendientes de todo, del más mínimo detalle que escapa a la atención de cualquiera (las juntas, los encuentros, los acabados…) pero que si se resuelve mal cambia el resultado de la reforma. ¡¡Todo cuenta!!
Nuestros conocimientos técnicos: normativa, instalaciones, seguridad, construcción, eficiencia energética… nos permiten aplicar las ideas anteriores a la realidad de tu reforma. No todo lo que ves en las revistas de decoración o en Pinterest se puede materializar en tu casa/negocio. Prevenimos futuras “desilusiones” y aportamos conceptos y soluciones nuevas con los que tú no contabas.
No olvides que, además, te puedes beneficiar de nuestros descuentos profesionales en materiales, mobiliario e iluminación si haces la reforma con nosotros.
Y, por favor, quitaos la idea de la cabeza de que un arquitecto es muy caro, esta leyenda urbana nos ha hecho mucho daño. El arquitecto de hoy en día se amolda a las situaciones, ¡¡no sale más caro!!. Ofrecemos un precio competitivo y en función de cada reforma porque cada proyecto es único.
Nosotros te informamos, te asesoramos, te ayudamos a decidir y te proponemos la mejor opción para tu casa/negocio. Además, gestionamos el presupuesto global, lo que se traduce en un mejor ajuste y contención en los precios. La reforma está viva, evoluciona, pero no por eso debe dispararse el presupuesto. Estarás informado en todo momento y elegirás en función de tus prioridades. En definitiva, ¡tú tienes la última palabra!.
Piensa que, en realidad, una reforma te sale cara cuando el resultado no es el que deseabas, cuando por ahorrarte unos euros en planificación y profesionalidad se convierte en una pesadilla de la que quieres despertar.
¿Entonces qué? ¿Sigues pensando que con un arquitecto te puede salir más caro? Yo creo que no… ;- )