Aquí va una pequeña reflexión antes de poner fin a este 2025…

Cuando te planteas hacer una reforma, hay veces que no pasa nada grave, pero tú notas algo. Tienes un runrún en la cabeza que te molesta y no sabes explicar bien. Y cuando estás ahí, es posible que aparezca el impulso de cortar por lo sano: cambiar de idea, cambiar de rumbo… o incluso abandonar.

Pero muchas veces ese impulso no es el problema. Es solo la señal de que estás en la superficie, en el ruido mental… y lo importante está dentro de tí.

Porque al final, no es lo que quieres (o lo que te dices -o te han dicho- que quieres).
Es cómo te quieres sentir.

Y esto, en una reforma, es clave:
¿Quieres vivir el proceso con calma o con ansiedad?
¿Con claridad o con dudas constantes?
¿Sintiéndote acompañada o llevándolo todo tú?

Parece simple, pero cuando lo tienes claro… te cambia la manera de decidir.

Desde fuera, muchas casas parecen perfectas

Casas con la luz encendida que, desde fuera y con el ángulo correcto, parecen resueltas: están ordenadas, son bonitas, está todo bajo control. Pero tú no sabes lo que pasa ahí dentro: el cansancio, las discusiones, las dudas, el presupuesto apretado, los plazos, los imprevistos…

Lo verdaderamente importante es que tu casa no necesita parecer perfecta. Necesita sostenerte.

Por eso, antes de tomar grandes decisiones , vuelve a lo simple: ¿qué necesito yo para estar en calma dentro de este proceso?

Porqué elegir un profesional no va solo de presupuesto

Cuando te decides por contratar a un profesional que te ayude con tu reforma, llega el momento de elegir y aparece la pregunta típica: ¿cómo me decido por uno u otro?

Y sí, el precio importa, claro. Pero si lo económico es lo primero (o lo único), suele traer problemas. Porque una reforma es una inversión importante y, durante el proceso, pueden pasar muchas cosas. No es solo hacer la obra, es: el tiempo que te ocupa, tomar muchas decisiones, coordinar a mucha gente, resolver imprevistos… y el cansancio mental.

Así que no estás eligiendo sólo un presupuesto. Estás eligiendo una manera de transitar el proceso.; o lo que es lo mismo: estás eligiendo cómo te quieres sentir.

Entonces, ¿en quién vas a confiar?

Para mí, esto es lo fundamental. La confianza aparece cuando sientes que te escuchan, entiendes lo que está pasando y lo que viene después, puedes preguntar sin sentir que molestas, hay comunicación clara y acompañamiento real. Cuando sientes que no estás solo/a, que hay una persona que vela por ti y tus intereses y no sólo por terminar.

Y cuando eso ocurre, el proceso pesa menos. Y tú respiras (¡y hasta lo disfrutas!).

Así que, si estás en el momento de decidir/elegir, pregúntate:

¿Cómo me quiero sentir con este proceso?
¿Con quién me siento más segur@ para vivirlo?

Si estás en este punto y necesitas poner orden antes de elegir, escríbeme y lo vemos.

Recuerda que tu casa no tiene que impresionar a nadie. Tiene que cuidarte a ti. Y eso empieza por elegir a alguien con quien te sientas tranquil@.

Qué estés bien 🤍

Comenta si te apetece : )

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.